A petición de un lector del blog, escribo este pequeño artículo sobre cómo cuidar una baraja de Tarot. Espero que os sea útil a todos.
Hay diferentes modos de guardar un Tarot. Cada tarotista acaba teniendo su propio modo, según su espacio, su tiempo y sus gustos. Básicamente su cuidado consiste en tres cuestiones: guardarlo, limpiarlo de suciedad y limpiarlo de energías.
En cuanto a cómo guardarlo, lo óptimo es envolverlo en una tela únicamente destinada a tal efecto, y tras envolverlo en una tela, guardarlo en una caja, armario o cajón. No es necesario que la tela usada esté decorada con motivos esotéricos. Cualquier tela limpia, del tamaño adecuado y que sea de algodón o seda nos servirá. Si compartes casa con mucha gente, o compartes piso, o en la casa no se respira un buen ambiente, te aconsejo que el paño con el que cubras tu Tarot sea de color blanco. De esta forma lo proteges de las energías del ambiente. Una vez envuelto en la tela, pasa a retirarlo de las miradas ajenas. Ponlo en un cajón, un armario, o una caja donde no esté expuesto a la mirada de nadie. Si el ambiente de tu casa es bueno, elige para la tela el color que prefieras, un color que a ti te haga sentir a gusto.
Hay quien lo guarda colocado por orden, pero yo no lo considero necesario ni lo hago. En cuanto al orden, si se desea ordenarlo al guardarlo, habría que tener en cuenca que distintas escuelas ordenan de distinto modo los palos. Lo que sí considero imprescindible es poner todas las láminas del derecho, y barajar.
Para limpiar el Tarot de la suciedad que va acumulando, se usan dos paños, una solución de agua con un poco de jabón neutro...y mucha paciencia. Cogemos una lámina y con una esquina de un paño impregnada en la solución jabonosa bien escurrida pasamos toda la superficie, anverso y reverso. Acto seguido, pasamos por esa misma lámina el paño seco para no dejarla húmeda. Es un procedimiento laborioso pero dejará tu Tarot como nuevo.
La limpieza de energías del Tarot se hace de un modo muy sencillo, se coje un baso grande, se le llena de agua y se le agrega un par de cucharadas de sal. Se coloca el Tarot en la superficie del vaso (¿sin mojarlo!), abriéndolo lo que el diámetro del vaso nos permita, y se coloca a la luz de la luna llena dejándolo ahí toda la noche. Por la mañana recoge el tarot, tira inmediatamente el agua y lava el vaso.
